lunes, 22 de octubre de 2012

La esquizofrenia y la familia


En las entradas de hoy nos estamos centrando en contestaros de una manera más completa a los comentarios de que nos habéis dejado este fin de semana. Os seguimos animando para que nos dejéis más comentarios.
En esta entrada hablaremos de cómo se puede llevar de una manera más cómoda esta enfermedad cuando alguien de tu familia la sufre.
Cuando aparece un caso de esquizofrenia, al principio suele ser frecuente el fenómeno de “no dar crédito” a lo que pasa. A continuación se inician una serie de consultas para confirmar el diagnóstico y finalmente cuando se “acepta” (lo que no siempre ocurre) se genera un sentimiento colectivo de miedo, vergüenza y culpabilidad basado en falsas percepciones del problema que se derivan de una información insuficiente.
Por lo imprevisible y oscuro de la enfermedad, el sentimiento predominante inicial es de angustia, que se pone de manifiesto con reproches mutuos entre los familiares, insomnio, disminución en la participación en acontecimientos sociales (fiestas, reuniones, etc…) y en general un deterioro en la vida normal. Es en ese momento cuando la familia debe sobreponerse, informarse con realismo de todo aquello que significa esta enfermedad, sus tratamientos, medios de combatirla, grupos de autoayuda e incluso a veces se hace necesaria la terapia para encajar la situación.
Lo más importante, desde el punto de vista de la familia, es en primer lugar reconocer los síntomas de la enfermedad al comienzo y posteriormente en las crisis, y saber cómo actuar en estos casos.
UNA CORRECTA ACTUACIÓN:
En primer lugar, es importante no perder nunca el control de la situación, ya que el enfermo está pendiente de la familia, y si ésta flaquea es imposible llevar la crisis de forma racional.
En segundo lugar, conviene sugerir amablemente al familiar que es recomendable un revisión médica ya que últimamente se le ve muy desmejorado (es conveniente enfrentarse al asunto dando un rodeo, nunca directamente ya que podemos encontrar una reacción negativa insalvable), revisión médica que debe comenzar por el médico de familia (ya que es el que más nos conoce) para posteriormente pasar al especialista que ya está acostumbrado a estos casos.

En tercer lugar, debe aparentarse que todo sigue igual tratando de no darle importancia a “grandes acontecimientos” o situaciones que puedan ser agobiantes para él. En este sentido, se debe actuar observando con control, pero desde lejos, para así evitar que el paciente perciba la situación como “carcelaria”.

Si el paciente no se deja aconsejar, no atiende a razones y su conducta se hace peligrosa para él mismo y para los demás, es necesario tomar medidas. La primera fase sería contactar con el médico de zona para que acuda al domicilio (o el 061 en aquellas poblaciones que tengan este servicio). Si aún con el médico, el paciente no quiere ceder, por ejemplo ante un ingreso en un hospital, sólo queda recurrir a la Justicia ya que nadie puede ser conducido contra su voluntad a un centro sanitario sin una autorización judicial, por lo que el certificado del médico se llevará al Juzgado de Guardia correspondiente.

Puesto que el diagnóstico de esquizofrenia de un familiar es muy difícil de aceptar, una vez aceptado se ha ganado la primera gran batalla; entender que las cosas ya no van a ser las de antes y que hay que reorganizar las actividades con esta nueva situación.
Asumir la esquizofrenia es aceptar un reto ante lo impredecible y lo misterioso, es encajar una enfermedad de la que se sabe poco y que altera tanto la conducta de todos que es fácil llegar a perder los papeles. Es por ello que llegar a convivir con este trastorno exige un conocimiento preciso y una actitudes entrenadas.

En primer lugar, es necesario entender que “nadie tiene la culpa” de esta enfermedad, que no hay que sentirse avergonzado por la misma y que los demás (familiares, allegados, amigos y compañeros de trabajo) deben aprender a aceptar con la familia esta carga. Para ello es fundamental hablar del asunto con naturalidad, disipando “falsas creencias y peligros imaginarios”, intentando que la vida familiar cambie lo menos posible.

Además de todos estos consejos uno de ellos, y en mi opinión, el más importante es tener la máxima información posible de la enfermedad y no quedarse nunca con ninguna duda, ni de la enfermedad ni de los tratamientos aplicados. Para ayudaros un poco más en esta parte os facilito unos enlaces que os pueden servir de gran ayuda:

http://espanol.world-schizophrenia.org/
http://usuarios.multimania.es/Ricardito/index-27.html
http://www.redsistemica.com.ar/leff.htm
https://www.pfizer.es/salud/servicios/publicaciones/afrontar_esquizofrenia_una_guia_familiares_cuidadores_personas_afectadas.html

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