lunes, 29 de octubre de 2012

La sexualidad en los esquizofrénicos


Normalmente la vida sexual de cualquier paciente con alguna patología psíquica fue desestimada por los médicos. Ya que estaban más preocupados por “curar” la enfermedad o conseguir algún tratamiento eficaz.  Así pasaron por alto el resto de las necesidades del enfermo, algo que también puede ser muy beneficioso para llevar mejor este tipos de enfermedades. La vida sexual sana y satisfactoria contribuye tanto al bienestar del individuo como a la integración de la población psiquiátrica y son los propios afectados los que muestran preocupación por su funcionamiento sexual en la consulta.

Algunas revisiones realizadas sobre este tema indican que aproximadamente dos tercios de los pacientes con trastorno esquizofrénico tienen actividad sexual y algunos de los problemas que pueden presentar, como el poco o el excesivo interés por el sexo, son los mismos que los de las personas sanas.
Cuando la gravedad de la enfermedad hace que no se llegue a estabilizar al paciente con el tratamiento, se presentan otros problemas. La aparición de delirios o alucinaciones pueden complicar sus relaciones sexuales. La pareja debe tener claro en qué momento está con el paciente compensado y cuándo la enfermedad está provocando los posibles conflictos. Sólo la comprensión y una buena comunicación entre ambos pueden paliar este problema.

En un tercio de los pacientes, los antipsicóticos pueden interferir en sus relaciones sexuales, provocando una disminución de la libido u otras disfunciones sexuales. Algunos de estos pacientes alegan estas circunstancias como motivo para el incumplimiento del tratamiento, con lo que todavía se complica más la situación. En la consulta, los pacientes deben plantear a sus especialistas los eventuales problemas sexuales que presenten, como un síntoma más en el curso de su enfermedad, para intentar compensarlos con el tratamiento o, si es necesario, con psicoterapia.

Por otro lado, se considera que entre un 8% y un 24% de los enfermos tienen algún tipo de conducta mal adaptada como puede ser exhibicionismo, mantener el uso de relaciones sin preservativo, practicar sexo en público o permitir que abusen de ellos, entre otros.

Así también, el paciente con esquizofrenia no suele practicar relaciones sexuales seguras, lo cual eleva sus probabilidades de contraer algún tipo de ETS (enfermedad de transmisión sexual). También cabe mencionar que algunos pacientes se ven expuestos al intercambio de sexo por dinero, el uso de drogas, la presencia de déficits cognitivos, que provocan por ejemplo impulsividad y falta de control, o el deseo de algunas mujeres de quedarse embarazadas.

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